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Japa mala con cuentas de Rudraksha naturales para meditación y oración
Los japa malas son herramientas sagradas de meditación parecidos a los rosarios cristianos que ayudan a conectar con el momento presente y también se puede utilizar como collar o pulsera, a modo de complemento. En sánscrito Japa significa “repetir oraciones” y mala significa “guirnalda de meditación”.
El colgante de árbol de la vida representa nuestro crecimiento personal y espiritual, se convierte en un recordatorio constante de nuestra fuerza, nuestra resiliencia y nuestro vínculo con el mundo que nos rodea.
Usar el Árbol de la Vida como amuleto es una forma de conectarnos a la Madre Tierra y la naturaleza, y con el mundo material y espiritual. Además de representar la vida eterna y la longevidad también representa la gratitud hacia la vida y los favores que recibimos de ellos.
En Japón la libélula es significado de éxito, victoria, fuerza y coraje. Además fue tomada como símbolo para la salud. Su nombre en japonés es Akitsu, fue el emblema de los Samurai porque se consideraba un insecto victorioso, considerado un amuleto de la buena suerte, se la denominó KachiMuchi.
La libélula puede moverse en todas las direcciones, esta agilidad supone poder y equilibrio algo que solo se alcanza con madurez emocional. Como animal tótem representa cambios para resurgir, éxitos, prosperidad, fuerza o felicidad. Desde tiempo remotos, la libélula se ve como signo de fortuna, poder y equilibrio.
Como el colgante de árbol de la vida representa nuestro crecimiento personal y espiritual, se convierte en un recordatorio constante de nuestra fuerza, nuestra resiliencia y nuestro vínculo con el mundo que nos rodea.
Usar el Árbol de la Vida como amuleto es una forma de conectarnos a la Madre Tierra y la naturaleza, y con el mundo material y espiritual. Además de representar la vida eterna y la longevidad también representa la gratitud hacia la vida y los favores que recibimos de ellos.
Colgante para puertas y entrada de casa
El colgante de árbol de la vida representa nuestro crecimiento personal y espiritual, se convierte en un recordatorio constante de nuestra fuerza, nuestra resiliencia y nuestro vínculo con el mundo que nos rodea.
Para colgar en las puertas, en las entradas de casa.